sábado, 20 de noviembre de 2010

Origen del mito

   Desde la antigüedad las leyendas de vampiros han estado presentes en todas las civilizaciones, Mesopotamia, Sumeria. En el antiguo Egipto se temía a un misterioso pájaro "bebedor de sangre" que representaba la reencarnación de algún ajusticiado injustamente reencarnado en esa forma para atacar durante las noches a los hijos de sus asesinos.
La explicación que la ciencia ofrece sobre el origen de los vampiros se localiza en las enfermedades con pérdida de sangre, que los antiguos atribuían a seres diabólicos que atacaban durante la noche en busca del alimento esencial para su supervivencia.
En la cultura clásica encontramos conductas similares a las de los vampiros. Criaturas con la parte superior de mujer y la inferior en forma de serpiente que atacan a sus víctimas mordiéndolas.
En la Odisea de Homero aparecen sombras que se nutren de la sangre de los sacrificios realizados en rituales.
Las leyendas de los pueblos eslavos están plagadas de vampiros, empezaron a creer que eran cuerpos incorruptos que no habían muerto del todo; los no muertos. Creían que la causa se debía a mordeduras de determinados animales, como escorpiones, o personas que habían sido excomulgadas, que no se iban a la otra vida en paz y su alma era oscura. Su presencia se hacía notar cuando, durante las noches, el ganado desaparecía de forma brutal y misteriosa. Para atacarlos y terminar con ellos definitivamente utilizaban una cruz como defensa y una estaca que clavaban en el corazón, aunque también pueden morir definitivamente con un buen exorcismo, quemados, arrancándoles la cabeza o el corazón.

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